Durante el Diwali, celebrado una vez al año, la gente estrena nuevas ropas, comparte dulces y hace explotar petardos y fuegos artificiales. Es la entrada del nuevo año hindú, y una de las noches más significativas y alegres del año.
La divinidad que preside esta festividad es Lakshmí, consorte del dios Vishnú. Ella es quien otorga la prosperidad y la riqueza, por eso es especialmente importante para la casta de los comerciantes (vaisyas). También el dios Ganesha es especialmente venerado ese día. En el Este del país se venera particularmente a la diosa Kali.
Es una de las festividades religiosas más entrañable porque permite hermanar a todas las personas de una manera muy especial, y por eso también es celebrada por musulmanes, cristianos y sijs. Estos últimos celebran la liberación de su sexto gurú, Hargonbind, y se homenajean a los diez gurús espirituales del sijismo.